lunes, 28 de enero de 2013

GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE EL MANEJO DEL PACIENTE CON DISPEPSIA. ACTUALIZACIÓN 2011.

GUÍA DE PRÁCTICA CLÍNICA SOBRE EL MANEJO DEL PACIENTE CON DISPEPSIA. ACTUALIZACIÓN 2011.
Entidad(es) elaboradora(s): Asociación Española de Gastroenterología (AEG), Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) y Colaboración Cochrane (Centro Cochrane Iberoamericano)
Autores: Javier P. Gisbert, Xavier Calvet, Juan Ferrándiz, Juan Mascort, Pablo Alonso-Coello y Mercè Marzo
Objetivos: Su objetivo principal es ayudar a optimizar el proceso diagnóstico, identificando a los pacientes con bajo riesgo de tener una patología orgánica grave (fundamentalmente tumoral), los cuales podrían ser manejados de forma segura sin necesidad de realizar pruebas diagnósticas invasivas y/o derivaciones al especialista. La importancia de este objetivo radica en la necesidad de no dejar de diagnosticar a los pacientes con un cáncer esófago-gástrico, tratar correctamente la úlcera péptica y, a la vez, reducir las endoscopias negativas para, en definitiva, utilizar de manera adecuada los recursos sanitarios disponibles.
Condición: En esta GPC se revisan las posibles estrategias iniciales en el paciente con dispepsia no investigada, valorando la posible decisión de iniciar o no un tratamiento empírico o de investigar la existencia de una lesión que justifique los síntomas. Asimismo, en esta GPC se aborda la dispepsia funcional, la cual engloba a todos los pacientes con dispepsia sin una causa orgánica objetivable a través de la endoscopia. En esta GPC también se presentan las recomendaciones para el diagnóstico y tratamiento de la úlcera péptica y de la infección por Helicobacter pylori.
Observaciones: Esta GPC incluye en el Anexo 1 la estrategia de búsqueda realizada y, en el Anexo 2 la información para pacientes.

Aportes de Leonardo Sigal

DESCUBRIENDO LA RANA, UNA EXPERIENCIA COLECTIVA BARRIO ADENTRO
... Trabajar en Atención Primaria de la Salud (APS), implica comprender los determinantes sociales de la salud y tenerlos ... intersectorialidad, participación comunitaria, APS.  

Atención primaria de la Salud, la Salud mental y el psicólogo
... El área temática del trabajo seleccionado es APS (Atención Primaria de la Salud).   INTRODUCCION Que ... El miedo a la libertad (APS, Mónica B. Yañez, Salud Mental, salud mental) ...
Autor: Mónica B. Yañez - Publicado en Octubre 1998

lunes, 21 de enero de 2013

Un cuento...

PARA MIS AMIGOS RETIRADOS,JUBILADOS O SIMPLEMENTE EN POSICIÓN DE DESCANSO, LÉANLO CON DETENCIÓN, MEDITEN Y APLIQUEN SI LO ESTIMAN PERTINENTE.
 
 
Mi tío Poroto se encontraba bien de salud,
hasta que su mujer,
mi tía Porota, a instancias de su hija,
mi prima Tota,
le dijo:
 
-Poroto,
vas a cumplir 70 años,
es hora de que te hagas una revisión médica-
 
-Y para qué?,
si me siento muy bien-
 
-Porque la prevención debe hacerse ahora,
cuando todavía te senties joven-,
contestó mi tía.
 
Por eso mi tío Poroto fue a consultar al médico.
 
El médico,
con buen criterio,
le mandó a hacer exámenes y análisis de todo lo que pudiera hacerse
y que la obra social pagase.
  
A los quince días el doctor le dijo que estaba bastante bien,
pero que había algunos valores en los estudios que había que mejorar. Entonces le recetó
Atorvastatina Grageas para el colesterol,
Losartán para el corazón y la hipertensión,
Metformina para prevenir la diabetes,
Polivitamínico, para aumentar las defensas.
Norvastatina para la presión,
Desloratadina para la alergia..
Como los medicamentos eran muchos
y había que proteger el estómago,
le indicó Omeprazol y
Diurético para los edemas
  
Mi tío Poroto fue a la farmacia
y gastó una parte importante de su jubilación
por varias cajitas primorosas de colores variados.
 
Al tiempo,
como no lograba recordar si las pastillas verdes para la alergia,
las debía tomar antes o después de las cápsulas para el estómago,
y si las amarillas para el corazón,
iban durante o al terminar las comidas,
volvió al médico.
 
Este,
luego de hacerle un pequeño fixture con las ingestas,
lo notó un poco tenso y algo contracturado,
por lo que le agregó
Alprazolal y Sucedal para dormir.
 
Esa tarde, cuando entró a la farmacia con las recetas,
el farmacéutico y sus empleados hicieron una doble fila
para que él pasara por el medio,
mientras ellos lo aplaudían.
 
Mi tío,
en lugar de estar mejor,
estaba cada día peor.
 
Tenía todos los remedios en el aparador de la cocina
y casi no salía de su casa,
porque no pasaba momento del día
en que no tuviera que tomar una pastilla.
 
A la semana,
el laboratorio fabricante de varios de los medicamentos
que él usaba lo nombró
 "cliente protector"
y le regaló un termómetro,
un frasco estéril para análisis de orina
y una lápiz con el logo de la farmacia.
 
Tan mala suerte tuvo mi tío Poroto,
que a los pocos días se resfrió
y mi tía Porota lo hizo acostar como siempre,
pero esta vez,
además del té con miel, llamó al médico.
Este le dijo que no era nada,
pero le recetó Tapsín día y noche y Sanigrip con efedrina, como le dio taquicardia le agregó atenolol y un antibiótico,Amoxicilina de 1 gr. cada 12 por 10 días.Le salieron hongos y herpes y le indicacon Fluconol con Zovirax
 
Para colmo,
mi tío Poroto se puso a leer los prospectos
de todos los medicamentos que tomaba
y así se entero
de las contraindicaciones,
las advertencias,
las precauciones,
las reacciones adversas,
los efectos colaterales
y las interacciones médicas.
Lo que leía eran cosas terribles.
No sólo se podía morir,
sino que además podía tener
arritmias ventriculares,
sangrado anormal,
náuseas,
hipertensión,
insuficiencia renal,
parálisis,
cólicos abdominales,
alteraciones del estado mental y otro montón de cosas espantosas.
 
Asustadísimo,
llamó al médico,
quien al verlo le dijo que no tenía que hacer caso de esas cosas
porque los laboratorios las ponían por poner.
 
-Tranquilo, Don Poroto,
-no se excite-
le dijo el médico.
mientras le hacía una nueva receta
con Ravotril con un antidepresivo Sertralina de 100 mg.Y como le dolían las articulaciones le dieron diclofenaco.En ese tiempo,
cada vez que mi tío cobraba la jubilación,
iba a la farmacia donde ya lo habían nombrado cliente VIP.
 
Esto lo hacía poner muy mal,
razón por la cual el médico
le recetaba nuevos e ingeniosos medicamentos.
 
Llegó un momento en que al pobre de mi tío Poroto
 las horas del día no le alcanzaban para tomar todas las pastillas,
por lo cual ya no dormía,
pese a las cápsulas para el insomnio que le habían recetado. 

Tan mal se había puesto que un día,
haciéndole caso a los prospectos de los remedios,
se murió.
 
Al entierro fueron todos,
pero el que más lloraba era el farmacéutico.
 
Aún hoy,
mi tia Porota afirma que menos mal que lo mandó al medico a tiempo, porque si no,
seguro que se hubiese muerto antes.-
 
está dedicado a todas mis amistades,
ya sean médicos
o pacientes..!!!Ah,  si no hubiera tomado nada y hubiese seguido con su regimen sanito con pollo sin piel, pavo, lentejas, porotos, aceite de oliva, frutas, verduras de todos colores, poca sal y nada de azucar (stevia o sucralosa, no aspartame, y con una copita de vino tinto cabernet sauvignon y caminando 6 mil pasos diarios estaría vivito y coleando..

 CUALQUIER SEMEJANZA CON LA REALIDAD ES
" P U R A  C O I N C I D E N C I A "

martes, 15 de enero de 2013

Esteban Laureano Maradona ejemplo de Amor por los Hermanos Originarios


Esta es la biografía, EL AMOR, LA ENTREGA, EJEMPLO DE NOBLEZA...del DOCTOR ESTEBAN LAURENO MARADONA quien trabajaría por 51 años en ESTANISLAO DEL CAMPO, viviendo siempre en una humilde vivienda de ladrillo, sin electricidad ni ningún otro tipo de servicio y prestando ayuda sin cobrar un peso a la comunidad indígena del lugar, formada por tobas, matacos, mocovíes y pilagás. 

“Con el oxígeno del aire y el agua que cae del cielo me basta. No tengo motivo de queja”

Nació en Esperanza, provincia de Santa Fe el 4 de julio de 1895 y falleció en Rosario, Argentina, el 14 de enero de 1995. Fue un médico rural, naturalista, escritor y filántropo, famoso por su modestia y abnegación, que pasó cincuenta años en una remota localidad de Formosa ejerciendo desinteresadamente la medicina. Escribió libros científicos de antropología, flora y fauna. Renunció a todo tipo de honorario y premio material viviendo con suma humildad y colaborando con su dinero y tiempo con aquellos que más lo necesitaban a pesar de que pudo haber tenido una cómoda vida ciudadana, gracias a sus estudios y a la clase social a la que pertenecía. 

Un par de frases por él dichas sintetizan muy bien su pensamiento sobre su profesión y su manera de vivir: 

"Si algún asomo de mérito me asiste en el desempeño de mi profesión, este es bien limitado, yo no he hecho más que cumplir con el clásico juramento hipocrático de hacer el bien a mis semejantes". 

"Muchas veces se ha dicho que vivir en austeridad, humilde y solidariamente, es renunciar a uno mismo. En realidad ello es realizarse íntegramente como hombre en la dimensión magnífica para la cual fue creado". 
Doctor Esteban Laureano Maradona, ejemplo de Amor
Fue hijo de Waldino Maradona (maestro, periodista, productor rural y político) y de Petrona Encarnación Villalba (estanciera). En realidad sus padres vivían en la localidad de Barrancas, también localizada en Santa Fe, donde Esteban Laureano pasó su infancia, a orillas del río Coronda. En este lugar su padre se desempeñaba como maestro en la estancia Los Aromos. Allí aprendió, jugando, a vivir en el monte, cazar y pescar. 

Ya mayor cursó sus estudios primarios y secundarios repartiéndose entre Santa Fe y Buenos Aires. En esta última ciudad se recibió de médico en 1928 e instaló un consultorio, pero luego lo trasladó a Resistencia, en aquel entonces capital del Territorio Nacional del Chaco, donde además se dedicó al periodismo en el diario La Voz y a realizar exploraciones y estudios de botánica en la isla Cerrito Argentino. Entre 1931 y 1932 dio un ciclo de conferencias sobre seguridad laboral en el marco de la Ley de Trabajo. Esto le trajo problemas con el gobierno militar de aquel entonces, ejercido por el presidente Uriburu, razón por la cual decidió viajar al Paraguay. En ese momento empezaba la guerra del Chaco (1932-1935), sostenida por Paraguay y Bolivia, y Maradona decidió anotarse como médico camillero prestando auxilio a los soldados de ambos bandos, pues, según sus palabras, el dolor no tiene fronteras. Al llegar a Asunción las autoridades le metieron preso por sospecharlo de espía, sin embargo con el tiempo le creyeron y llegó a ser jefe del Hospital Naval de Asunción. También redactó el reglamento de Sanidad Militar del Paraguay y tuvo tiempo para ocuparse de la colonia de leprosos de Ytapirú. 

En Asunción se comprometió con la que fue la única novia que se le conoce, Aurora Ebaly, sobrina del presidente paraguayo, pero ella fallecería de fiebre tifoidea el 31 de diciembre de 1934. 

Con la culminación de la guerra en 1935 se decidió a retornar a su país, a pesar de los pedidos del gobierno paraguayo, que con premios y homenajes, intentó convencerlo de que se quedara dado el gran aprecio que se había ganado. Había proyectado ir hasta Formosa y allí tomarse un tren a Salta para luego ir a Tucumán donde visitaría a su hermano, y por último ir a Buenos Aires, donde vivía su madre, e instalar un consultorio. 

Su misión en Estanislao del Campo

Viajando ya por lo que en aquel entonces se conocía como Territorio Nacional de Formosa, el tren que lo transportaba realizó una parada en la estación Estanislao del Campo (en aquel entonces denominada Guaycurri). Este era un villorrio formado por unos pocos ranchos sin ningún tipo de servicio de luz, agua corriente, electricidad o gas, inmerso en el monte chaqueño. Una persona del lugar le pidió sus auxilios como médico para una parturienta que se encontraba en estado muy grave. Después de prestarle exitosamente atención y regresar a tomar el tren se encontró con un grupo de vecinos sin recursos que le rogaron para que no se fuera dado que no había ningún médico disponible varios kilómetros a la redonda. 

El Doctor Maradona en su casa en Estanislao del Campo
Maradona no lo dudó y se quedó, a pesar de que esto le hizo no solo perder su viaje sino también un trabajo seguro en Buenos Aires. Más aún, trabajaría allí por 51 años, viviendo siempre en una humilde vivienda de ladrillo, sin electricidad ni ningún otro tipo de servicio y prestando ayuda sin cobrar un peso a la comunidad indígena del lugar, formada por tobas, matacos, mocovíes y pilagás. Medio siglo después comentaría su arribo a Estanislao con estas palabras: 

"Cuando yo llegué empezaron los problemas. Todo esto era monte, sólo había cuatro o cinco ranchos y estaba todo rodeado de indios, que por otra parte me querían matar. Tanto que uno de ellos, que era famoso, me agarró de las solapas y me sacudió, amenazándome. Pero nunca les tuve miedo ni me demostré asustado. Y no por dármelas de valiente. Sino que soy así nomás. Pero con la palabra dulce y la práctica de la medicina, tratando las enfermedades, dándoles tabaco y consiguiéndoles ropas, las cosas fueron cambiando. Así los traté hasta hoy. Me remangué, me metí en el monte sin ningún temor, arriesgando mi vida y también mi salud". 

En efecto, la comunidad indígena del lugar al principio le tuvo recelo, dado que en general los blancos los habían engañado y maltratado y por lo tanto no confiaban en la medicina del doctor. Sin embargo con el tiempo logró trabar amistad con los caciques del lugar y granjearse el respeto de todos, interiorizándose de sus necesidades y logrando erradicar de la zona terribles enfermedades como la lepra, el mal de Chagas, la tuberculosis, el cólera y la sífilis. Por todo esto, los indios lo llamaban Plognak (que significa "Dr. Dios" en pilagá). 

Se dedicó además a investigar científicamente la vida y cultura de los pueblos originarios, así como la fauna y flora de la región. Logró que el gobierno le adjudicara algunas tierras fiscales en las cuales fundó la "Colonia aborigen Juan Bautista Alberdi" (oficializada en 1948), les enseñó trabajos agrícolas y a construir casas con ladrillos confeccionados por ellos mismos, ya que hasta ese momento vivían desnutridos y enfermos sobreviviendo con el intercambio de artesanías por ropa y comida. Colaboró con su dinero en la compra de herramientas y semillas, fundó instituciones para cobijar y recibir indígenas marginados, proyectó un camino hacia el río Teuco, exploró fuentes de agua potable, realizó mejoras en la estación ferroviaria y ayudó a erigir la comisaría del pueblo. Despreció toda forma de poder que sus esfuerzos podrían haberle redituado. Dejó testimonio de todos sus contratiempos, esfuerzos y luchas en su libro A través de la selva. Éste es un estudio antropológico de gran valor sobre la cultura indígena. Realizó también una valiente denuncia de las condiciones de vida de los indígenas y de su explotación en los ingenios azucareros. Con estas críticas logró que en 1936 las autoridades le dieran su apoyo en un programa de promoción humana y social. 

Maradona también fundó una escuela rural (en la cual se desempeñó como docente por tres años) que a pedido de él recibió el nombre de uno de sus tatarabuelos, José Ignacio Maradona, quien había sido representante por San Juan ante la Junta Grande (1810-1811) y responsable de que en 1811 se sancionara el decreto que extinguía el tributo que pagaban los indios a la Corona de España. Este decreto y otros relacionados con libertades otorgadas a los indios por los gobiernos patrios se mencionan en la obra de Esteban Maradona A través de la Selva, donde se sugiere que aún no han sido puestos en práctica. 

Dr. Maradona "Plognak", Doctor Dios nombre bautizado por los Hermanos Pilagás 
Sus últimos años de vida 
En 1986 enfermó y debió trasladarse a la ciudad de Rosario, donde vivía su sobrino. Llegó en un estado calamitoso por lo que debió internarse inmediatamente en un hospital. Ya de alta se fue a vivir con la familia de su sobrino de donde no se mudaría más.

En sus últimos años recibiría muchos homenajes y distinciones y no aceptaría ningún tipo de pensión vitalicia. Murió de vejez, a los 99 años, en Rosario, pero sus restos se guardan en la ciudad de Santa Fe en el panteón de su familia Maradona-Villalba. 

Un poeta de su ciudad natal, Esperanza, le dedicó en vida unas estrofas que, como reconocimiento popular, recorrieron la región: 

Sea quichua, toba u ona, La tribu no importa mucho; La caridad llegó al indio Por manos de Maradona. 

El 4 de julio, día de su nacimiento, ha sido declarado por ley Día Nacional del Médico Rural.